Mi historia, fue un duro golpe para mi emocionalmente. Sentí que no sabría si podría seguir siendo igual, siendo yo después de ese hecho. Mi padre afectado por un ictus estuvo una semana en el hospital, una semana pasándolo realmente mal, yo pensaba constantemente en que pasaría, actuaba quizás de una manera más borde, más susceptible.
En esa semana me apoyé en una amiga la cual supo ayudarme muy bien, aconsejarme y a no preocuparme tanto, en parte me hacia reír y dejar de pensar un rato en lo que estaba viviendo que lo necesitaba. En todo momento pensaba en como estaría mi padre, si iba mejorando, si poco a poco podía hablar...eran pensamientos constantes en mi día a día. Cuando iba a verle, aun que me costaba porque a mi los hospitales nunca me ha gustado estar en uno, sentía y pensaba que se iba mejorando y de hecho los médicos también lo decía que su proceso de recuperación era muy bueno. Entonces pasaron los días él salió y le costó estar en el camping donde todo el mundo sabía lo que le había pasado y le paraban, eso no le gustaba nada al igual que a nosotros. Poco a poco la cosa se fue normalizando hasta hoy. Creo que recordarlo y en parte gracias a esta actividad superarlo, por intentar no guardarme nada.
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